Una gigantesca ola de empresas tiene la mirada puesta en México para relocalizar sus líneas de producción. Los analistas refrendan que el nearshoring es una nueva oportunidad para apuntalar al país en el orbe industrial. Tan solo la Secretaría de Economía ha calculado que más de 400 empresas de origen norteamericano “tienen la intención” de importar sus bienes de capital de Asia hacia tierras mexicanas.

Esta también es una oportunidad para el renacimiento del régimen aduanero del Recinto Fiscalizado Estratégico (RFE), que en sus inicios no obtuvo la respuesta esperada, pero en los últimos años ha sufrido modificaciones que podrían ser uno de los eslabones que detonen la atracción de inversiones extranjeras en el país.

Esta figura nació en el 2002. Es uno de los regímenes aduaneros previstos en el artículo 90 dentro de la Ley Aduanera, en donde existen diversas posibilidades y bondades para cuando se destina cualquier tipo de mercancía, exceptuando las señaladas en el anexo 29 de las Reglas Generales de Comercio Exterior (hidrocarburos).

En este régimen aduanero se puede recibir mercancía de procedencia extranjera, nacional o nacionalizada para diferentes actividades: puede ser para almacenaje o custodia -por un periodo de hasta 60 meses-; procesos menores de maquila para que la mercancía cumpla con las regulaciones comerciales, como el etiquetado; además de elaboración, transformación o reparación, entre otras, con niveles y medidas de seguridad muy específicas bajo la Ley Aduanera.

Una de las mayores bondades de este régimen aduanero es que en todas estas actividades se puede diferir el pago de impuestos de comercio exterior hasta que el operador extraiga la mercancía y decida el destino que le dará, lo que le permite tener su inventario cerca sin pagar momentáneamente esas contribuciones. Pero a pesar de estas y otras ventajas que tiene el RFE en temas de comercio exterior, a un inicio no tuvo el éxito que se esperaba.

“Cuando se inicia esta figura se exigía que este inmueble estuviera ubicado de manera colindante a una aduana y eso limitó mucho el crecimiento, porque evidentemente el ubicar espacios colindantes a una aduana no era sencillo y eso encarecía el valor de ese inmueble, además de que no había una oferta importante de inmuebles que pudieran desarrollarse como RFE”,

Nashielly Escobedo, directora general de la Confederación Latinoamericana de Agentes Aduanales (CLAA), en entrevista con T21.

Con el fin de impulsar esta figura, las autoridades en México han ido modificando los lineamientos para poder obtener la autorización de un RFE, como modificar la obligación de la colindancia, e incluso para la renovación automática de este. Actualmente existen nueve RFE colindantes y 24 no colindantes a aduanas, siendo estos últimos los que mayormente se han instalado en los últimos años.

Galindo Jennifer (2022, 8 de diciembre), RFE, ¿eslabón para el nearshoring?. https://t21.com.mx/logistica/2022/12/08/rfe-eslabon-nearshoring

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