La sociedad está viviendo una pandemia sin precedentes en un mundo altamente globalizado e integrado debido a la aparición del virus SARS-CoV-2, lo que ha transformado el panorama económico y, como consecuencia, ha afectado a las cadenas de valores de las empresas.
El escenario actual vive un constante desequilibrio y aunque existen varios modelos predictivos no se puede establecer la realidad de lo que pueda suceder mañana o en las siguientes horas, por tanto, la cadena de suministro no puede operar de forma habitual, razón por la cual se debe encontrar la manera de responder ante la situación extraordinaria en la que la economía mundial se encuentra, para seguir operando de manera más normal o adecuada al actual escenario.
La crisis sanitaria producida por el coronavirus brinda un desafío enorme que obliga a las empresas a desarrollar cambios en sus programas de prácticas de gestión de riesgo, con el fin de contar con planes de acciones preventivos ante la emergencia de la pandemia y, además, contar con la interconexión de los proveedores para gestionar adecuadamente cualquier situación anómala que se produzca a raíz de este virus.
La pandemia por COVID-19 ha desencadenado una crisis sanitaria de tal dimensión que está afectando el normal desenvolvimiento de las personas y su principal característica es la velocidad de su propagación, y que está también limitando el funcionamiento normal de las empresas.
Con esta emergencia sanitaria se presentan eventos repentinos e inesperados a las empresas en general, cuando se ha tenido contacto con alguna persona contagiada, lo que en algunos casos ha provocado la desvinculación de personal, buscando mantener activos de alguna manera, una cantidad de personal reducida; por otra parte, en forma masiva se ha impuesto a los ciudadanos cuarentenas voluntarias y en otros sectores de forma obligatoria, lo que trae como consecuencia escasez de recursos en la población y por ende en las empresas.
Asimismo, la autoridad debe adoptar medidas que permitan contener y dar tranquilidad a las personas, especialmente en cuanto a necesidades y servicios básicos, como de atención sanitaria.
Pero es allí donde el cambio y el enfoque de las compañías dan un salto a una visión a lo digital y tecnológico, han ido innovando su manera de distribuir sus productos y servicios, emerge con mayor fuerza el poder de las compras por Internet y, con ello, asciende a mayor prioridad la gestión logística y la cadena de suministros se hace un flujo constante y preciso para una cantidad de abastecimiento que va creciendo a medida que su desarrollo debe reducir todos los problemas en los procesos y funciones, y así poder satisfacer a sus clientes en el tiempo de entrega de sus adquisiciones y de la manera convenida con la esterilización que se exige como regla fundamental del plan de emergencias sanitaria. Situación que no está exenta de nuevas amenazas, como podría ser un ataque de tipo cibernético que podría provocar un escenario más caótico y, para lo cual, vale la misma pregunta inicial, ¿las empresas están preparadas para ello? http://t21.com.mx/opinion/columna-invitada/2020/10/30/pandemia-agente-cambio?fbclid=IwAR0OH8zc7vh7wMfFoWPv30DR02mPMQhE5eGnB7NDRl9qcnzln91b9PVfXeU