Aunque migrar producción a Asia permitió a las empresas reducir costos, también dejó una cadena de suministro frágil, que se quebró completamente tras el cierre de plantas por la pandemia de COVID-19.

Que China se volviera la fábrica de ventiladores, cubrebocas y equipo médico para todo el mundo en los primeros meses de la pandemia prendió las alertas de Estados Unidos, el país que acumula más casos y fallecimientos por el COVID-19. Entonces la necesidad de fortalecer las cadenas de suministro regionales se volvió, más que un tema económico, una cuestión de supervivencia.

Durante los últimos 20 años, los tratados comerciales han sido, además del tamaño de los mercados, un factor determinante para la atracción de la inversión, y en el caso de Norteamérica, el viejo TLCAN fue clave para que las empresas norteamericanas, europeas y asiáticas desembolsaran sumas millonarias para abrir nuevas fábricas en la región durante los años noventa y los primeros años del 2000.

Pero en la siguiente década, las empresas estadounidenses decidieron perseguir el sueño asiático -un bajo costo de producción- e invirtieron millones de dólares en desarrollar nuevos proveedores y montar fábricas en China, Bangladesh, Taiwán, India. Asia se volvió la fábrica de componentes electrónicos, de ropa, de componentes automotrices y de dispositivos médicos, entre muchas otras cosas, para Norteamérica.

Aunque la estrategia permitió a las empresas reducir costos en el corto plazo, también dejó una cadena de suministro frágil, que en la última década enfrentó interrupciones -como ocurrió en 2012 cuando un tsunami en las costas japonesas afectó el suministro de componentes automotrices ocasionando paros en plantas de Nissan y Honda en Norteamérica-, pero que se quebró completamente tras el cierre de decenas de plantas, no solo en Asia, sino también en Europa, por la pandemia de coronavirus.

“Con la pandemia se vio que hubo una irrupción importante de cadenas de suministro en Estados Unidos por falta de componentes provenientes de China”, dice José López Portillo, socio fundador y director de Pedralbes Partners, una firma dedicada a asesorar a inversionistas interesados en llegar al mercado mexicano.

Estas irrupciones ocasionadas por la pandemia, dice López Portillo, se combinaron con la política impulsada por la administración de Donald Trump de ‘hacer a América grande de nuevo’ mediante el fortalecimiento de cadenas de suministro esenciales para Estados Unidos en la región.

“México tiene una oportunidad de atraer inversiones de diversos sectores debido a la cercanía con Estados Unidos y a la certidumbre que ha generado la entrada en vigor del T-MEC”, dice. https://expansion.mx/empresas/2020/11/20/adios-al-sueno-asiatico-los-inversionistas-ahora-buscan-su-mexican-moment?fbclid=IwAR3nlpssZsN4PsU-GjxqTsmxfa7ocBqeBBUnkKK7-RSvztMeYm9cgP8Ii1g

Categorías: Logística

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