Durante las últimas semanas tuvimos un congestionamiento en Long Beach y los puertos de Los Ángeles; lo cual forzó a múltiples navieras a redirigir sus buques a otros puertos como Oakland y Seattle; quienes a su vez se encuentran cada vez más llenos.
La congestión viene de las faldas de la escasez de contenedores en el continente asiático y se ha agravado debido a los estragos de la pandemia del COVID-19. De acuerdo a los últimos reportes más de 700 trabajadores portuarios han dado positivos a las pruebas del virus. Así mismo un centenar más están a espera de sus resultados.
De acuerdo a los cálculos que se realizaron en febrero la capacidad de los contenedores frenados en altamar debido a al congestionamiento en Long Beach y puertos aledaños representaban una capacidad de 336.500 TEUs. Esto implicaba un retraso que en su punto más crítico alcanzó 40 navíos en espera en una situación que ha durado ya 6 meses.
Eugene Seroka, director ejecutivo del puerto de Los Ángeles, comentó: «Tenemos más carga que mano de obra calificada. Nos dicen que 1.800 trabajadores no van a trabajar debido a COVID en este momento. Eso puede incluir a aquellos que se están aislando mediante el rastreo de contactos o que esperan los resultados de las pruebas»